Roberto Ozire es un joven vicario que llega a Nibbleswicke para hacerse cargo de la parroquia. La primera noche que pasa en el pueblo se pone muy nervioso pensando que va a estar completamente solo, ya que el anterior vicario falleció antes de que él llegara; de repente, la dislexia que había padecido de niño vuelve a atacarle de un modo peculiar: invierte una o más palabras, como si las leyera de derecha a izquierda y así las pronuncia. Tras divertidas situaciones, el médico del pueblo le diagnostica dislexia de inversión y le propone una cura: andar hacia atrás cuando hable. El remedio funciona y Roberto Ozire continúa siendo el párroco de Nibbleswicke.